MANIFESTANDO TUS DESEOS
Vemos muchos anuncios en redes
sociales que nos indican ¿Cómo hacer para manifestar tus deseos? O, manifieste
sus deseos en pocos pasos. Algunas veces
nos dicen que tienen la fórmula mágica para manifestar tus deseos.
Sin embargo, todas esas fórmulas
se quedan en buenas intenciones, pero no pasan de allí.
Y te preguntarás ¿Por qué?
La respuesta que te puedo
ofrecer es: Para manifestar tus deseos tienes que permitir que fluya la
energía, limpiar los canales energéticos y lograr que puedas manifestar en
primer lugar tu intención, para que a través del proceso creativo, se convierta
en una realidad física.
Lo que aparece en la realidad física
es energía condensada, resultado de nuestros deseos.
Comencemos por entender: ¿Qué es un deseo?
El deseo es un pensamiento de
algo que aspiramos se presente en nuestra realidad física. Ese afán parte de una necesidad o motivación
que sentimos es importante. Hay anhelos que provienen de una manifestación superior,
por ejemplo la “voluntad divina”. Esos deseos se cumplen sí o sí.
Pero pueden existir otras intenciones
que aparecen resultado de nuestra particular interpretación de la realidad, que
nos obliga a cambiar aquello que vemos para tratar de alcanzar esas metas. El primer obstáculo que tienen que vencer
esos deseos son nuestros juicios, creencias o patrones establecidos.
¿Por qué digo esto? Porque es
relativamente fácil desear, pero si creemos que es imposible alcanzarlo,
seguramente no podremos lograrlo. Existe un impedimento, nuestra falta de
confianza. En este caso, la intención se enfrenta a una creencia que afirma que
es inviable alcanzar aquello que anhelamos, y vista esa afirmación, con seguridad
no podremos alcanzar nuestro objetivo.
Si seguimos bajando en los
niveles de manifestación energética, supongamos que hacemos nuestro trabajo pero
aún el juicio permanece activo, entonces se va a enfrentar a una emoción que
siente que hay una amenaza, una posible pérdida, es injusto ese deseo, no somos
lo suficientemente buenos, me da vergüenza pedirlo, siento que no lo merezco,
etc. Una cualquiera de esas razones activa
una emoción que cuestiona el pensamiento, nuestro deseo y finalmente es
abortado a nivel emocional, de una forma u otra, porque se siente amenazante o
incorrecto.
Por tanto, la energía que este
deseo tiene no es suficiente para manifestarse a nivel físico, y como
consecuencia nos frustramos porque el deseo no se convierte en realidad.
Pensamos que es nuestra
responsabilidad, con toda razón, porque de forma inconsciente somos nosotros
quienes no permitimos que las cosas ocurran.
En primer lugar, si quieres
algo, tienes que desearlo con fuerza, es decir tienes que creer que es posible
aunque la idea te parezca una locura. El
problema de manifestar el deseo no es tuyo, es del Universo. El Universo está allí
para servirte. El inconveniente es que tú no crees en ello. Todo es posible si eres capaz de creer en ti.
Cuando estés seguro de ti mismo,
comenzará a moverse la energía que hace posible tu anhelo. Incluso, si piensas que es necesario que se
cumpla la ley de acción y reacción, es muy posible que tu deseo se limite.
¿Por qué? Porque el mundo no
funciona como nosotros creemos, sino como es.
Existe una infinita cantidad de posibilidades que hacen posible
cualquier realidad. Si te sitúas en la línea
de tiempo de tu intención, lo estás dando por hecho y resulta entonces que el
Universo va a buscar la forma de que eso que tu das por hecho comience a
ordenarse. ¿Cómo lo hace el Universo? No tengo una explicación racional, pero
simplemente obedece a tus designios.
Por supuesto, si no crees en
los resultados, el Universo también te va a complacer. Así que te pregunto: ¿Qué
pierdes con intentarlo?
Para que funcione es necesario
que tus canales energéticos estén limpios y que la energía pueda fluir a través
de ellos para alcanzar tus metas.
¿Qué hace que los canales
energéticos no estén limpios? Nuestras creencias, patrones, emociones,
sentimientos, etc.
¿Cómo limpiar esos canales energéticos?
Puedes hacerlo de distintas
maneras, trabajando lo distintos niveles que tenemos en la lámina:
Nuestro nivel físico podemos
trabajarlo a través de ejercicios energéticos que nos ayuden a mover la energía.
En el nivel emocional,
desarrollando inteligencia emocional que nos permita reconocer y manejar nuestras
emociones, evitando que se conviertan en limitantes, o que generen reacciones
inesperadas.
A nivel mental evaluando los
patrones o creencias restrictivas que afectan nuestras decisiones y que evitan
que podamos avanzar con las intenciones. Reconocer estos juicios es un proceso arduo,
porque es posible que estemos tan acostumbrados a vivir con ellos que seamos
incapaces de percibirlos.
A nivel espiritual conectándote
con el Ser y reconociendo el sentido de nuestra existencia, que de hecho se manifiesta
continuamente para alcanzar nuestros deseos.
La voluntad de Dios y la tuya son una y la misma.
Hay un dicho que reza: No hay
almuerzo gratis. Todo implica esfuerzo. En este caso es importante entender
cómo manifestar la energía a fin de poder hacer realidad lo que queremos. Eso significa
mantener limpios los canales y permitir que se manifieste aquello que deseamos
desde el nivel espiritual a nuestra realidad física.
Si quieres aprender cómo
hacerlo te invito a un taller en donde puedes trabajar tu energía vital y vivir
en armonía.
Si te interesa o quieres más
información escríbeme por esta vía.
CONTACTO:
Mi nombre es Francisco De
Lisa. Soy coach ontológico y médico tradicional chino. Mi intención
es apoyarte con terapias alternativas para alcanzar el equilibrio energético en
tu cuerpo. Si algo de lo que comenté te hizo sentido y consideras que puedo
ayudarte, contáctame al correo fdelisa.coach@gmail.com.
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te pareció valioso este artículo, o te interesa programar alguna consulta, comunícate
conmigo por aquí o en Instagram @coachingbioenergetico.