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lunes, 18 de marzo de 2024

TIEMPO Y VIDA

 



TIEMPO Y VIDA.

 

Hay dos conceptos universales que compartimos los seres humanos. Uno de ellos es el dinero y el otro es el tiempo.  Desde pequeños, aprendemos muchas ideas que están alrededor de ambos conceptos y que nos acompañan toda nuestra existencia.

 

Esas ideas se establecen en nuestra mente como por ejemplo:

1.    El tiempo es oro.

2.    No debes perder el tiempo.

3.    El tiempo pasa volando.

4.    Aprovecha al máximo el tiempo que tienes por vivir.

5.    Etc.

 

Nos hablan de productividad, como una relación del trabajo realizado versus el tiempo transcurrido, y nos hacemos conscientes de otros conceptos que están ligados como la eficiencia y la efectividad.  Aprendemos a gestionar el tiempo, ya que como el tiempo es oro, gestionar el tiempo es cómo manejar tu propia fortuna, etc.

 

Ese tiempo que muchas veces vemos como algo que se va agotando, nos relaciona con la idea de la escasez, de la cual también forma parte nuestro concepto del dinero. Un concepto mundialmente aceptado, que de alguna forma identifica nuestra civilización y que permite el intercambio de mercancías por monedas, billetes o valores.  de allí salen otras ideas como por ejemplo asociar el dinero a quién eres cuando te dicen: dime cuanto tienes y te diré cuanto vales, o entonces nos gusta manipular a las sociedades y separamos a los que tienen dinero, de aquellos que no lo tienen, y pasan su vida compitiendo por ver quien acumula más dinero.  O inclusive la diferencia que se hace entre el dinero que tu ganas y el del estado que se distribuye de acuerdo a ciertos criterios muy particulares, distribuido por personas que se atribuyen el derecho de gastar el dinero de todo un pueblo para enriquecerse a costillas de ellos, etc.

 

De nuevo, la idea es la misma, vender un concepto que nos ancla a la idea de la escasez y que nos hace trabajar sin descanso para alcanzar lo imposible, porque nunca será suficiente.

 

Lo mismo es con el tiempo. No importa el tiempo que dispongamos; no será suficiente. Y tenemos que preguntarnos: ¿Por qué?

 

Quizás la respuesta a esta pregunta puede venir de la mano de abandonar nuestras viejas ideas acerca de ambos conceptos e intercambiarlas por algo más amplio como la verdadera abundancia.  No hay problemas con el tiempo cuando el presente es lo único que tienes. La preocupación del tiempo viene a la mente, cuando piensas en el pasado o en el futuro. Pero cuando eres capaz de anclarte a este momento, entonces no hay problema de tiempo, porque estás viviendo en él.

 

Lo mismo podemos decir del dinero. El problema no es cuanto tengas en un momento dado, sino si puedes satisfacer tus deseos atados al dinero. Mientras más deseos le compres a esta sociedad, más difícil será tener suficiente dinero para satisfacerlo. Es imposible que en una sociedad que se basa en el mercadeo, exista suficiente dinero para satisfacer los deseos de todas las personas.  Entonces, que pasa si entendemos que tenemos en el presente todo lo que necesitamos para ser verdaderamente felices. El problema es que no lo reconocemos.  ¿A qué se debe? A que de alguna manera buscamos de llenar todos nuestros deseos con el dinero, y no con la verdadera felicidad que es hacer aquello que tiene significado para ti.

 

Hay quien dice que haz lo que amas, y nunca sentirás que estás trabajando. Ya que cuando haces lo que amas, simplemente estas en lo que podemos llamar el “flow”. Si además, eso que haces significa algo para los demás, ellos estarán dispuestos a invertir dinero en eso que tú haces que a ellos les gusta, les llena, les satisface, etc. 

 

Entonces, estar en el presente y hacer lo que tiene significado para ti es fundamental para tener una vida plena y satisfactoria, y no tiene nada que ver con los conceptos de escasez o limitación que nos han vendido desde hace mucho tiempo.  Por ejemplo, hay quienes aún hoy en pleno siglo XXI nos hablan de unas teorías marxistas que se refieren al valor de trabajo y a la plusvalía del trabajador. ¿Qué significa eso en el mundo de hoy? ¿Tiene sentido?  O más bien es una manipulación inútil de una historia que lo que hace es seguir manipulando al otro empleando el resentimiento.

 

Hoy día, ya no hablamos de capital, tierra, trabajo.  Hablamos de datos, información, manejo de datos.  Eso es lo que tiene significado hoy día.  Por lo tanto el discurso debe cambiar para adaptarse a nuevas ideas que por otro lado dependen de la capacidad creativa de los humanos y sus posibilidades de emplear la tecnología a su favor.

 

La humanidad está cambiando de rumbo a una velocidad espeluznante. Ya las realidades se manejan de forma diferente. Internet conecta a todo el planeta a través de su tejido transparente.  El internet nos ha permitido conectarnos con cualquier lugar de la Tierra sin importar tiempo y espacio. Hoy podemos colaborar con personas de distintos lugares y con distintos idiomas. El mundo del futuro ira de la mano de aquellos que estén dispuestos a crecer en estos nuevos ambientes, cada vez más retadores y cambiantes.  El tiempo cambia su dimensión cuando ahora hablamos de ambientes VICA (volátiles, inciertos, complejos y ambiguos) y posiblemente hemos acuñado ese nombre para diferenciar el tiempo lineal que estamos acostumbrados a manejar y todo lo que conocemos como causa y efecto.

 

Hoy día hablamos de sincronicidades, eventos que se generan de forma casual más que causal. También la mecánica cuántica nos habla de un mundo de posibilidades más allá que el determinismo mecanicista racional.  Estos conceptos relativista cuántico, el movimiento de la energía y los cambios que podemos obtener cuando somos capaces de cambiar lo necesario que es nuestra forma de pensar nos acerca a un mundo de infinitas y desconocidas posibilidades, que no depende por supuesto de tierra-capital-trabajo.

 


EL TIEMPO Y LA ENERGÍA.

 

Podemos entender el tiempo como una medida de la transformación de la energía.  Es un principio base que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma.  Ese proceso de transformación es constante y continuo, es decir, la energía siempre está modificándose.

 

Para entonces medir la transformación de la energía podemos intentar hacerlo con algo que entendemos como tiempo.  Que al final lo que significa es que algo cambió.

 

Realmente, ¿tendría sentido hablar del tiempo si no variara la energía?

 

De hecho, todo lo que mide el tiempo, consume energía. De forma continua y constante, por lo cual puede medir esa diferencia.  ¿Medimos lo que sucede? ¿O más bien medimos lo que le sucede al reloj que transforma esa energía?

 

Entonces, en ese orden de ideas, el tiempo lo que mide es la transformación de la energía, de un estado a otro.  Y esos estados, siempre son estados de equilibrio, normalmente dinámicos, ya que los mismos seguirán variando constantemente.

 

Eso nos lleva a hablar del yin y del Yang de la antigua china, en donde esos elementos opuestos interactúan de forma constante, transformándose uno hacia el otro, y viceversa, hasta que se extinguen, y vuelven a aparecer. La variación de esa continua manifestación de energía es lo que podemos medir como tiempo.

 

El tiempo lo hemos internalizado tanto, que le podemos dar dos sentidos poderosos.  Podemos estar inmersos o asociados en el tiempo y vernos en él. O podemos ver el tiempo como algo que transcurre externo a nosotros, en cuyo caso estamos disociados de él. Cada una de esas formas de ver el tiempo, cambia en nosotros la manera de percibir la realidad, y genera o limita posibilidades.

 

Cuando estamos asociados al tiempo, decimos que estamos en un estado Kairos. Entendemos este estado como que estamos envueltos en el tiempo, donde el pasado, presente y futuro están frente a nosotros de forma vívida.  En dicho caso, podemos sentir las emociones a flor de piel como si estuviéramos atravesando por el proceso en este mismo instante. En otras palabras, vivimos el pasado desde el presente y el futuro lo sentimos en este instante.  Lo que puede traer esto como consecuencia es que no aprovechamos el tiempo ya que estamos en un vaivén de un lado a otro, arrastrados por nuestros recuerdos o por la imaginación.  Las personas que están asociadas al tiempo o en estado Kairos emplean con frecuencia frases como: aquí y ahora, él ahora es lo que cuenta, meterse en el recuerdo, todo el tiempo del mundo, no te apures, hay tiempo para todo, tómalo con calma, disfruta del momento, etc.  Para estas personas el tiempo es como una gran burbuja en donde se sienten partícipes del mismo, pero les cuesta desconectarse del mismo y hacer cambios. Sobre todo en relación a sus recuerdos que los atan al pasado.

 

Las personas que están disociadas del tiempo, que también les llamamos en estado Cronos, son aquellas personas que ven el tiempo fuera de sí, lo ven como algo que sucede fuera de ellos. Tratan de definir exactamente esos espacios y son capaces de emplearlos para planificar o gestionar el empleo del tiempo.  Algunas expresiones que manejan son: planear, organizar, programar, puntualidad, el tiempo es oro, el valor de cada minuto, ahorrar tiempo, invertir tiempo, no tengo tiempo, las cosas a su tiempo, etc.

 

Estas personas, no reconocen el poder del ahora y pasan la vida en una eterna carrera, persiguiendo la zanahoria para alcanzar sus metas y ser más eficientes, eficaces y productivos.  Les cuesta desconectar, e inclusive no pueden disfrutar del tiempo libre, porque para ellos eso no existe. El tiempo está completamente planificado.

 

Al final, el tiempo es un estado de percepción del individuo, condicionado por los aprendizajes que ha tenido a lo largo de su vida. En cualquier caso puedes usar esos aprendizajes a tu favor o en tu contra.  Depende de cómo lo manejes. Lo cierto es que la forma como aprendiste a ver el tiempo tiene que ver con el significado que tiene el mismo para ti.

 

 


LÍNEAS DE TIEMPO.

 

Por otro  lado, hay quienes nos hablan de líneas del tiempo, pero de acuerdo con la línea de pensamiento que tenemos, también podemos entender que es una línea de energía.  De acuerdo con la mecánica cuántica, la energía se incrementa o reduce por cuantos, es decir, la energía no es continua sino que se encuentra en ciertos estados. De allí que podemos cambiar nuestras posiciones energéticas cambiando la forma como procesamos la energía.

 

Eso también nos hace mirar que si añadimos o restamos energía, podemos cambiar el estado en el que nos encontramos.  ¿De dónde sale esa energía?

 

La energía puede ser algo muy sutil, como lo son nuestros pensamientos, o algo muy denso como puede ser una roca, o una placa de titanio.  El tema es, cómo transformamos la energía para movernos de un lugar a otro dentro de ese espectro energético.

 

Somos capaces de manifestar energía cuando tenemos la voluntad de hacerlo. Algo de lo que disponemos es de la libertad de interpretar y de cambiar dichas interpretaciones, a lo cual se le ha dado el nombre de libre albedrio.  De nosotros depende que hagamos con la energía que disponemos. Podemos usarla para quedarnos atados a situaciones que nos limitan. O podemos emplearlas para saltar de un estado de menor satisfacción a otro de mayor satisfacción, o viceversa. Depende de nosotros.

 

CONTACTO:

 

Mi nombre es Francisco De Lisa Soy profesor, emprendedor y coach. Me dedico a apoyar, asesorar, entrenar, hacer mentoría y coaching a individuos, emprendimientos y organizaciones.  Misión: conectar con la Abundancia.   Quiero crecer contigo. Cada sesión, facilitación o entrenamiento es un aprendizaje. Si algo de lo que comenté te hizo sentido, y consideras que puedo ayudarte, contáctame por francisco@cybernotas.com.

 

Si quieres un diagnóstico, una consulta o te interesa formarte en estas ideas de Coaching Bioenergético, estoy preparando un entrenamiento para aquellos que deseen aprender estas técnicas y herramientas.  Contáctame indicando tu interés.

 

Si deseas seguir recibiendo información, te pareció valioso este artículo, o quieres tratar algún tema particular, me encantaría recibir un comentario tuyo en el blog o al correo. Puedes seguirme por aquí, en la página web www.coaching-negocios.com, en Instagram por @cybernotas.blog,  o Youtube por el canal @cybernotas. Con gusto te mantendré informado de nuestras novedades, artículos, entrenamientos y noticias.


lunes, 11 de marzo de 2024

CAMINO A LA LUZ

 


CAMINO A LA LUZ.

 


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“La jornada que juntos emprendemos es el intercambio de la obscuridad por la luz, y el de la ignorancia por el entendimiento. Nada que entiendas puede ser temible. Es solo en la obscuridad y en la ignorancia donde percibes lo aterrador, y huyes de ello para sumirte en una obscuridad todavía más tenebrosa.  Mas sólo lo que está oculto puede aterrorizar, no por lo que es intrínsecamente, sino por el hecho de estar oculto. Lo tenebroso es aterrador porque no comprendes su significado. Si lo comprendieses estaría claro para ti, y ya no estarías en la obscuridad. Nada tiene un valor oculto, pues lo que está oculto no puede ser compartido, y, por lo tanto, se desconoce su valor. Lo que está oculto se mantiene aparte, pero el valor de algo reside siempre en el aprecio que se le da conjuntamente. Lo que está oculto no puede ser amado, y, así, solo puede ser temido.”

UCDM, Cap.14, VI, 1.

 

Este maravilloso párrafo del libro Un Curso de Milagros (UCDM) habla de la luz y del entendimiento como dos ideas fundamentales.  Abrir nuestros ojos a la luz de lo que sucede, y comprender lo que estamos viviendo.

 

Muchas veces sin darnos cuenta, nos encerramos en “ideas” que nos atormentan o hacen sufrir innecesariamente. El problema con las situaciones no es lo que sucede, sino lo que pensamos acerca de lo que sucede. Es allí donde está el verdadero problema.

 

Cuando no entendemos lo que pasa, nos hacemos una madeja de pensamientos acerca de la situación, que no permite ver lo que está detrás. Son nuestras  percepciones acerca del tema lo que nos afecta, más que aquello que sucede. Cuando tenemos la posibilidad de ver claramente lo que ocurre, entendemos que no hay nada que temer.

 


“La verdad no lucha contra la ignorancia, ni el amor ataca al miedo.”

UCDM, Cap.14, VII, 5, 2.

 

Nos es difícil ver la verdad, porque tratamos de comprender lo que percibimos, pasándolo por el filtro de nuestras creencias. Ese conjunto de juicios y patrones que hemos ordenado y que es resultado de nuestras historias y aprendizajes, limita nuestra percepción diáfana, y nos hace interpretar lo que ocurre de manera particular.

 

Estamos enfocados en ideas que tienen que ver con lo que creemos que somos, o con las ideas que se nos ocurren en relación a lo que sentimos que debe ser la vida. Nos encanta quedarnos pegados en el drama, en la novela, en las historias que nos contamos, de las cuales somos actores principales, ya sea en el papel de víctimas o como los protagonistas de la misma.

 

Somos víctimas cuando sentimos que las situaciones nos ocurren y no podemos hacer nada. Sin embargo, somos protagonistas cuando creemos que tenemos el poder de controlar la situación y hacer algo con ella, o que la misma gira en torno nuestro.

 

Sin embargo, la vida tiene siempre sus propios planes, su propio sentido, y es allí cuando debemos buscar de entender que sucede, y simplemente fluir con ello. Si nos mantenemos desapegados de lo que creemos que debe ser, seguro que vamos a ser un poco más felices y tendremos más oportunidades, que si nos quedamos esperando que suceda algo que deseamos.

 

La vida es un flujo infinito y creativo de situaciones, donde en cada momento, la inteligencia divina nos entrega todas las posibilidades e ideas que necesitamos. Depende de nosotros tomarlas y ponerlas en marcha, para darle el uso adecuado y salir adelante en cualquier situación.

 


No nos quedemos pegados en situaciones que no podamos resolver. No hay manera que hagamos nada con ellas. Trabajemos en ese espacio en donde tenemos la oportunidad de hacer cambios. Es más, seamos ese cambio que deseamos ver o construir. Si lo hacemos, veremos la diferencia.

 

Como nos dice el Libro: “¿Qué deseas? Pues en tus manos está disponer de la luz o de la obscuridad, del conocimiento o de la ignorancia, pero no de ambas alternativas a la vez. Los opuestos deben ponerse uno al lado del otro en vez de mantenerse separados. Pues su separación sólo existe en tu mente, y, al igual que tú, se reconcilian al unirse. En la unión todo lo que no es real inevitablemente desaparece, pues la verdad es unión.” UCDM Cap.14, VII, 1.

 

CONTACTO:

 

Mi nombre es Francisco De Lisa Soy profesor, emprendedor y coach. Me dedico a apoyar, asesorar, entrenar, hacer mentoría y coaching a individuos, emprendimientos y organizaciones.  Misión: conectar con la Abundancia.   Quiero crecer contigo. Cada sesión, facilitación o entrenamiento es un aprendizaje. Si algo de lo que comenté te hizo sentido, y consideras que puedo ayudarte, contáctame por francisco@cybernotas.com.

 

Si quieres un diagnóstico, una consulta o te interesa formarte en estas ideas de Coaching Bioenergético, estoy preparando un entrenamiento para aquellos que deseen aprender estas técnicas y herramientas.  Contáctame indicando tu interés.

 

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miércoles, 6 de marzo de 2024

ENSEÑANZAS DE LOUISE HAY

 




ENSEÑANZAS DE LOUISE HAY


*"Nunca haga  lo que yo solía hacer: me negaba a intentar nada nuevo porque no sabía cómo se hacía, y no quería parecer una tonta.* 

 

Aprender es, precisamente, cometer errores hasta que nuestra mente subconsciente consigue armonizar los elementos adecuados. 

 

*Olvide cuánto tiempo se haya pasado usted pensando que es un "fracaso"; ahora puede empezar a trazarse su propio patrón para el "éxito".*

 

No importa en qué campo quiera desempeñarse. Los principios son los mismos: es necesario plantar las "semillas" del éxito, y ellas crecerán hasta darnos una abundante cosecha. 

 

*Aquí tiene algunas "afirmaciones para el éxito" que pueden serle útiles:* 

 

- La Inteligencia Divina me da todas las ideas que necesito. 

 

- Todo lo que hago es un éxito. 

 

- Hay de todo para todos, incluso para mí. 

 

- Mis servicios son solicitados por muchísimas personas. 

 

- Me asocio al club de los triunfadores. 

 

- Las bendiciones que me colman exceden mis mejores sueños. 

 

- Soy un imán que atrae toda clase de prosperidad y riquezas. 

 

- Para mí hay oportunidades doradas por doquier. 

 

*Escoja una de las afirmaciones anteriores y repítala durante vanos días. Después haga lo mismo con otra y así sucesivamente cada día hasta completar todas.* De]e que esas ideas se difundan en su conciencia, y no se preocupe por "cómo" logrará todo eso; las oportunidades vendrán a su encuentro. 

 

Confíe en que su inteligencia interior se ocupará del asunto y será su guía. Usted se merece ser un éxito en todos los aspectos de su vida."

 

 

*Enseñanzas de Louise Hay.*


domingo, 3 de marzo de 2024

SOLTAR LA CUERDA

 




SOLTAR LA CUERDA

 

Tshunulama era una muchacha que sentía su corazón esclavizado por una relación de amor. Y por más lágrimas que sus ojos derramaban, y por más que su mente le decía que tenía que soltar y nacer a la verdadera independencia, su corazón no sabía cómo salir del torturador apego que padecía. Noche tras noche, tan solo experimentaba un recuerdo obsesivo de aquel ser ante el que se sentía ignorada y humillada.

 

Tshunulama estaba confusa y frustrada, cada vez comía menos y no mostraba verdadero interés por nada. Así pasaban las horas y los días, atrapada en temores e imágenes pasadas, mientras contemplaba el cielo del atardecer deseando que su vida terminara. Tshunulama sentía que se había convertido en una esclava del recuerdo, agarrada a una cuerda de su memoria que no podía soltar su mano aferrada. Soltar...tan sólo de pensarlo el miedo aterrador la invadía...

 

Un día aparentemente como otro cualquiera, soñó que saliendo de su corazón, aparecía ante su vista la imagen de un anciano de ojos profundos y de mirada familiar y sabia... Aquel anciano, dirigiéndose a ella pleno de ternura, le dijo:

 

“Basta, no temas, suelta la cuerda que ata tu vida y esclaviza tu alma.”

 

“No puedo, es que no puedo” -Respondió Tshunulama- “Me da miedo, caería, siento que me moriría... es superior a mí”...

 

“No es así”. Contestó él. “Desde que tu corazón se siente esclavo, has dejado de vivir tu propia vida. Tú eres capaz de soltar Tshunulama, cuando así lo hagas, tú sabes en lo más profundo de ti que sentirás un gozo muy intenso y la paz que mereces. Anda, comienza por soltar un dedo”

 

“No puedo”, decía ella. “No obstante, ¿podré hacerlo? ¿Será seguro? ¿Tengo el coraje suficiente? Se preguntaba en pleno conflicto. De pronto, aprovechando una brisa de esperanza, soltó un dedo y aceptó el riesgo... Al momento, se sintió aliviada al ver que no caía, ni nada terrible sucedía, sino que por el contrario una sensación de libertad y paz acariciaban su alma... Pero, ¿sería posible mantener aquella paz y felicidad? se preguntaba comenzando a sentir las sombras de las emociones y ataduras viejas...

 

“Confía en mí, le dijo el anciano, respira hondo y mira en tu interior”...

 

Tshunulama siguiendo sus indicaciones sintió que podía ver con claridad sus miedos, y con una serenidad inusitada contempló a las partes más ruidosas de su mente proclamando que soltar más la cuerda sería una locura... voces asustadas que le advertían que el hecho de soltar iba en contra de todo lo que había hasta entonces deseado e incluso aprendido... Sentía que si soltaba, lo que en realidad, le esperaba era un oscuro abismo de desamor y soledad.

 

¿”Deseo realmente la libertad y la autonomía como para arriesgar lo que tanto aprecio”? Se decía. ¿”Cómo puedo estar segura de que no caeré”? Tshunulama respirando profundamente, comenzó a explorar sus miedos y sus deseos ¿Qué era realmente lo que quería de la vida? ¿Cuáles eran sus verdaderos propósitos? ¿Para qué había nacido? Sin darse casi cuenta, su mente se ensanchaba...

Poco a poco, comenzó a sentir sus dedos más sueltos y conforme permitía que algo muy profundo aflojara su mano aferrada, también una corriente de paz y renacimiento brotaba en su alma...

 

Ya tan sólo quedaba un dedo asido fuertemente a la cuerda que la esclavizaba... una parte de ella le decía que ya debía haberse caído a ese abismo que tanto temía... sabía que soltar ese último dedo era algo que dependía exclusivamente de ella... intuía que sus miedos eran tan sólo fantasmas de su mente, recuerdos de viejas pérdidas, memorias de antiguas heridas que se agolpaban y confundían su cabeza.

Confiando en su intuición, aflojó el último dedo y, de pronto, observó que nada sucedía... comprobó que permanecía exactamente donde estaba... y entonces se dio cuenta atónita que había estado todo el tiempo sobre el suelo... todos sus miedos tan sólo habían sido vividos en su mente... podía salir, abrir puertas y ventanas, sentir el horizonte y respirar la fuerza de la vida que en su interior ya circulaba.

 

Todo el Universo renacía en el rostro sonriente de una nueva Tshunulama.

 

Su corazón era libre y ya podía aprender a sentir qué era el verdadero amor y libertad que intuía su alma.

 

Tomado de Cuentos para Aprender a Aprender de José María Doria.

 

 

Soltar la Cuerda.


Soltar el Drama.

 

¿Cuántas veces nos sucede lo mismo que a la protagonista del cuento; nos da miedo soltar?

¿Cuántas veces pasa que estamos tan apegados a situaciones que nos hacen daño, y sin embargo sentimos miedo a soltar, porque es lo único que conocemos?

¿Nos sucede que a veces estamos tan apegados a una relación, a un trabajo, a una situación que nos hiere, como si estuviéramos agarrando un alambre de púas, y aun cuando sentimos el daño que nos hace, tememos soltar?

Es como si el miedo a lo nuevo es tan fuerte, que preferimos sufrir antes que soltar o lanzarnos al vacío.  Y lo peor es que no hay ningún vacío.

Es como si lo que conocemos es lo único que existe.

¿Tenemos que hacernos ese daño? ¿Es necesario?

 

 

Tampoco soltamos el drama.

 

Somos víctimas de nuestro propio drama. Vivimos en la historia que hemos inventado. En el cuento que nos hemos contado, donde somos protagonistas de miles de historias, del deber ser o del deber hacer.

 

Muchas veces sin darnos cuenta, vemos el mundo no como realmente es, sino como aprendimos a verlo en nuestra infancia. No necesariamente es bueno o malo, pero probablemente no es verdad. Es tan solo una interpretación personal de la realidad.

 

Y esa interpretación que viene del pasado, nos ata a situaciones que hacen daño. Aprendimos por ejemplo, que debemos honrar la palabra; entonces no somos capaces de aceptar que podemos equivocarnos; o no establecemos límites. Por tanto, no corregimos las situaciones.

 

O creemos que las personas nos deben explicaciones. Muchas veces a ellos les pasa lo mismo que a nosotros: desconocemos lo que nos lleva a tomar ciertas decisiones, o a actuar de cierta manera.

 

Otras veces vivimos preocupados por situaciones que no podemos resolver, y  creemos que las mismas nos impiden avanzar. Pero lo que realmente nos frena es lo que pensamos acerca de la situación. Eso es lo que realmente nos limita en un momento dado.

 

No es lo que sucede lo que nos impide soltar, son los pensamientos que tenemos.  O las creencias o juicios acerca de lo que debe suceder.

 

Cada instante está lleno de miles de posibilidades.  De esas infinitas posibilidades solo vemos aquellas que creemos posibles; las otras no existen para nosotros.

 

Recordemos que dónde ponemos la atención colocamos la energía.

 

Si enfocamos la atención en la escasez, como eso es lo que queremos ver, con toda  seguridad eso será lo que veremos. En cambio, si nos enfocamos en la abundancia, hacia allá se dirigirá nuestra mirada, y comenzaremos a encontrar razones y oportunidades para verla.

 


Lo mismo sucede cuando sentimos que alguien nos abandona. Creemos que se debe a algo que hicimos o dejamos de hacer.  No entendemos que la vida tiene su propio ritmo, su propio sentido. Hay momentos en que las cosas ocurren de tal forma que ciertas personas se van, mientras otras llegan a nuestra vida.

 

No es casualidad, no es karma. Es simplemente causalidad.  Existe una sincronía maravillosa en el Universo que hace que aprendamos aquello que nos corresponde. Si no fuera así, entonces ¿Cuál sería el sentido de nuestra vida?

 

Recuerdo que en ciertas experiencias experimenté mucha decepción, porque sentí que no era lo que yo esperaba. Seguro tenía una idea equivocada acerca de lo que debía suceder, lo cual de seguro, era una comparación inadecuada con lo que yo había aprendido, sin entender que debía darle a la otra persona la oportunidad para mostrarse.

 

Quizás fui incapaz de valorar a la otra persona; o no supe apreciarme como debía.  Me faltó amarme a mí mismo tal como debía hacerlo con el otro.  Aprender a respetarme, para sentirme pleno y feliz; de otra manera no iba a funcionar.

 

Eso me llenó de una rabia innecesaria cuando sentí que había fracasado. Quizás no era eso lo que esperaba.  Sin embargo, hoy siento que la vida ha sido maravillosa conmigo, y todo ha sucedido tal como debió suceder.

 


La herramienta que encontré y que me ha ayudado a avanzar es definitivamente el perdón. El perdón es la herramienta que afirma que aquello que pasó nunca pasó tal como tú pensaste o creíste. Simplemente aquello que sucedió, no fue más que tu interpretación, lleno de tus propios aprendizajes y experiencias; para nada es la verdad. Y sobre todo aprendí, que lo más poderoso del perdón no era solo perdonar al otro, sino perdonarme a mí mismo.

 

Como me sentía responsable o culpable por lo que había sucedido, sin importar lo que hubiese pasado, había aprendido en mi vida que cuando hay culpa debe haber castigo.  Y como no había a quien castigar, entonces me castigaba a mí mismo, haciéndome daño al mantenerme atado a recuerdos y emociones que sin sentido, dañando mi mente y mi cuerpo, creando desequilibrios innecesarios.

 

Aun hoy me cuesta entender que tengo que soltar, para vivir en paz. Y que la paz es el estado de ánimo que me permite avanzar.  Estando en paz puedo tomar decisiones que no estén condicionadas por lo que pasó o pudo suceder.  Por eso soltar, liberar los apegos que están atados a tu propio sentimiento de culpa es tan importante.

 

Espero que esto ayude en tu camino de vida.

 

Todo en mi camino han sido experiencias que cuando las he entendido siento el impulso de compartirlas, para que puedan ahorrarse penas y situaciones emocionales innecesarias.

 

Recuerdo que en mi juventud, me era muy sencillo manifestar la energía. Estaba abierto a experiencias, a aprender. Veía posibilidades en todo lo que sucedía.

 

Sin embargo con el tiempo, conforme fui envejeciendo, limité mis decisiones a aquellas cosas que creía que estaban bien, o que me hacía sentir bien, sin entender que eso no es la verdad. La verdad es la verdad, aunque yo no la entienda.

 

En los últimos años he estado intentando abrirme de nuevo a lo que es real, y ojala tenga el permiso de fluir con la energía del Universo para manifestar plenamente la verdadera alegría de vivir.

 

La vida es lo que es. No es lo que tú quieres que sea. Si la aceptas tal cual es podrás encontrar en ella la belleza de vivir. Si tratas de cambiarla te enfrentarás a un monstruo de mil cabezas, hasta que entiendas que: la vida simplemente es lo que es. O lo aceptas, o lo aceptas.

 

La realidad es neutra. Somos nosotros quienes hacemos de ella una obra de arte. Podemos decidir sufrir y vivir sufriendo, o simplemente soltar y vivir la vida tal como se presenta.

 

Solo soltando la cuerda o el drama puedes encontrar alternativas a ser desdichado. Si no lo haces nunca sabrás qué es posible en tu vida.

 


CONTACTO:

 

Mi nombre es Francisco De Lisa Soy profesor, emprendedor y coach. Me dedico a apoyar, asesorar, entrenar, hacer mentoría y coaching a individuos, emprendimientos y organizaciones.  Misión: conectar con la Abundancia.   Quiero crecer contigo. Cada sesión, facilitación o entrenamiento es un aprendizaje. Si algo de lo que comenté te hizo sentido, y consideras que puedo ayudarte, contáctame por francisco@cybernotas.com.

 

Si quieres un diagnóstico, una consulta o te interesa formarte en estas ideas de Coaching Bioenergético, estoy preparando un entrenamiento para aquellos que deseen aprender estas técnicas y herramientas.  Contáctame indicando tu interés.

 

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domingo, 25 de febrero de 2024

CONVERSACIONES PRIVADAS

 


CONVERSACIONES PRIVADAS.

 

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CRUZANDO EL RÍO

 

Un anciano Maestro Zen y dos discípulos caminan en silencio a lo largo de un sendero. De pronto, al llegar a un riachuelo, descubren a una hermosa muchacha que, sentada en una orilla, contempla provocativa y sonriente a los tres caminantes que se acercan.

 

No hay que estar ciego para reconocer la perturbación que la joven ejerce en los dos discípulos que, en seguida, se percatan del radiante atractivo de su cuerpo y del brillo chispeante de su mirada.

 

"¿Quién de los dos jóvenes me tomaría para ayudarme a cruzar el río?" pregunta ella con frescura y seducción provocadora.

 

Los dos discípulos se miran entre sí, y a continuación dirigen un gesto interrogante al maestro que todo observa.

 

Éste, mira con profundidad a cada uno de ellos, sin desvelar palabra.

 

Tras un largo y tenso minuto de contradicción y duda, uno de los discípulos avanza y tomando en los brazos a la muchacha, cruza el río entre caricias y sonrisas delicadas.


Al llegar a la otra orilla, se regalan un cálido beso y se despiden con ardiente mirada. Al momento, el joven da media vuelta y se reintegra sonriente al grupo que de nuevo, camina adelante por la senda.

 

El rostro del discípulo que ha permanecido junto al Maestro se muestra turbado, no cesando de proyectar interrogadoras miradas al impasible y silencioso anciano que tan sólo observa.

 

Pasan las horas mientras el grupo avanza silencioso por entre montañas y valles, pero la mente y el corazón del discípulo que no ha cruzado el río, siguen enganchados y obsesionados por el deseo hacia la bella muchacha que lo obsesiona. Al parecer, no se siente capaz de romper su voto de silencio, como tampoco de liberarse del deseo y del recuerdo que lo encadena.

 

Al anochecer, sus movimientos no parecen habituales, ya que se quema con el fuego que enciende, derrama el té de su cuenco y, además, tropieza con la raíz de un árbol haciendo gala de su desatención y torpeza.

 

Tras cada error, su mirada siempre encuentra el rostro impasible y ecuánime del anciano que le observa sin juicios ni palabras.

 

De pronto, la tensión llega a ser tan atormentadora que rompiendo un silencio de semanas, interpela al maestro diciendo con rabia:

 

"¿Por qué no has reprendido a mi hermano que rompiendo las reglas de la sagrada sobriedad, ha encendido el fuego de su erotismo con la muchacha del río? ¿Por qué? ¿Por qué no le has dicho nada? ¡No me digas que la respuesta está en mi interior porque ya ni oigo ni veo nada con claridad! ¡Necesito entender! Dame una respuesta", suplica.

 

El anciano dedicándole una mirada integral de rigor y benevolencia, responde con serenidad y contundencia:

 

"Tu hermano tomó a la mujer en una orilla y la dejó en la otra.

Mientras que tú tomaste a la mujer en una orilla y:

 

NO LA HAS DEJADO TODAVÍA".


Tomado del libro: Relatos para Aprender, de José María Doria

 

¿Qué podemos aprender de esta historia?

 

Mientras que uno de los monjes cortésmente pasó a la muchacha de un lado al otro del río, el otro monje estuvo carcomiéndose las entrañas lleno de deseo y pensando en lo malo que su compañero había hecho, juzgando durante todo el camino, e inclusive manifestó su molestia a su maestro en una agria crítica sobre por qué no había hecho ningún reclamo u observación a la conducta del compañero.

 

A lo largo de ese día, y durante todo el recorrido, el monje mantuvo sobre sus hombros una carga innecesaria: sus propios pensamientos, su propia molestia, su ardiente deseo.  Durante el viaje alimentó constantemente esa incomodidad, ese desagrado, esa culpa, esa rabia, a todas luces innecesaria, porque como bien le contesta su maestro al final: “NO LA HAS DEJADO TODAVÍA”.

 


Sin embargo algo que vale la pena revisar, lo cual es una enseñanza importante, es que al final, el monje luego de mantener su conversación privada a lo largo del día, se decide a increpar a su maestro y criticarle por su inacción en cuanto a lo que para él representó una afrenta increíble a sus votos de castidad.

 

Veamos la incomodidad generada por el juicio que mantuvo a lo largo del trayecto, y lo que esa molestia genero al final. Una situación de disgusto innecesaria, hasta que por fin se dio una conversación, que resolvió la especulación mental que mantenía en su cabeza de forma innecesaria.

 

Cuantas veces tenemos algo que nos molesta y le damos vuelta y vuelta en nuestra cabeza, y no encontramos la manera de resolverlo. Cuantas veces no hemos experimentado una incomodidad creciente porque creemos que algo que ha sucedido nos perjudica, pero como decimos en criollo, nos pagamos y damos el vuelto, sin resolver el problema.

 

A esas conversaciones les llamamos conversaciones privadas. La mayoría de las veces son inútiles porque no conducen a ninguna solución, sino todo lo contrario, nos quedamos rumiando nuestra incomodidad sin encontrar respuestas adecuadas a la misma.

 

Las conversaciones de juicios personales son aquellas que mantienes contigo y se convierten en conversaciones privadas.  En esas conversaciones el individuo se distrae en un grupo de juicios y pensamientos en los cuales está presente la queja, el victimismo y la culpa.

 

¿Hay soluciones en esas conversaciones? No hay soluciones.

 

¿Se pueden lograr acuerdos? No se pueden lograr acuerdos.

 

¿Es posible resolver aquello que te inquieta? No hay manera.

 


Esas conversaciones lo que hacen es incrementar la molestia y generar un consumo innecesario de energía interior, pues se mantiene activa la emoción que te molesta, ya sea el miedo, la rabia, la tristeza, la depresión, la preocupación, etc. 

 

Esas conversaciones nos mantienen pegados en el modo queja, sin encontrar salida. Culpamos al mundo por lo que creemos que éste nos ha hecho, sin entender que la única manera de obtener resultados es buscando alguna solución que sea conveniente.

 

En caso de que la conversación privada sea resultado del juicio a un tercero, para resolverla es menester conversar con esa persona para generar acciones que permitan solventar la situación.  En caso de que no sea una acción la que queramos resolver, sino explorar posibles alternativas de solución, se hace necesario trabajar en una conversación para coordinar nuevas acciones.

 

Si la conversación pendiente tiene que ver con la incomodidad que creemos tener para conversar con esa persona, entonces es necesario diseñar una conversación para generar posibles conversaciones, ya sea con un tercero que haga de puente con el otro o que podamos plantear una posible conversación que allane el camino a una posible respuesta.

 


Lo importante en cualquiera de las conversaciones donde obtenemos respuestas, es que se crea un espectro de alternativas para alcanzar acuerdos. Es por esto que debemos salir de la conversación privada, que no es más que un instrumento inútil y desgastante que no ayuda a resolver situaciones, si no, todo lo contrario, genera más incomodidad e imposibilidades.

 

¿Cuál es tu opinión luego de esta reflexión?


¿Qué te llevas?

 

CONTACTO:

 

Mi nombre es Francisco De Lisa.  Soy profesor y coach y me dedico a apoyar, asesorar, entrenar, hacer mentoría y coaching a individuos, emprendimientos y organizaciones.  Mi misión es conectar con la Abundancia.  Quiero crecer contigo. Cada sesión, facilitación o entrenamiento es un aprendizaje. Si algo de lo que comenté te hizo sentido, y consideras que puedo ayudarte, contáctame por francisco@cybernotas.com.

 

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