SUELTA EL DRAMA.
Eso que llamamos drama no es más que
la novela que nos contamos para sentirnos protagonistas de la historia,
mantener el papel de víctima, el sufrimiento, el pobrecito yo, yo si tengo mala
suerte, etc. Cuando entiendes que todo lo que estás viviendo pudo haber sido distinto,
es cuando las cosas cambian.
Tú eres la historia que te cuentas,
la novela solo existe en tu mente, donde estas apegado al protagonista que eres
tú. Te crees la historia, sin ver que a tu lado, hay muchas otras historias
corriendo en paralelo, y que a nadie le importa realmente lo que tú creas o
pienses.
Venimos a este plano a vivir
experiencias. A disfrutar de la vida, a conocer. Esa es la intención. El mundo no se detiene
porque tú te sientas mal, o estés sufriendo porque alguien te dejó, o estés
molesto porque las cosas no salieron como esperabas. La Tierra sigue girando, el Sol sigue
saliendo, la vida sigue su rumbo.
Cuando nos enfrascamos en el drama, vivimos
en el pasado o en el futuro, pero nunca en el presente. Y la razón es porque en
el presente no existe esa historia. Desaparece.
La novela está en nuestra mente. Es parte de nuestro ego. Es el constructo
mental que soporta aquello que creemos ser, con lo que nos identificamos.
Dice Julio Bevione: “El tiempo es
uno de los recursos favoritos del ego para distraerte del único momento donde
todo está bien y encuentras la paz: ahora.”
Realmente no hay razón para seguir
con el drama. Lo que sucede no es lo que interpretamos. La interpretación es
personal. Es nuestra mente quién colorea
la realidad. La vida, el Universo, tiene su propio ritmo, su propio
objetivo. Y no está esperando por
nosotros en lo absoluto.
¿Qué podemos hacer?
Realmente depende de cada uno.
Yo, he tratado de mirar hacia dentro
para conseguir explicaciones. Algunas, las
he encontrado en libros, en ideas que vienen desde los antiguos hasta nosotros,
como el hinduismo, el taoísmo, el budismo, etc.
La mayoría de esas filosofías comparten puntos en común. Me gusta
llamarles modelos de realidad, porque tratan de explicar qué sucede, basado en
una serie de premisas o axiomas.
Desde siempre el hombre se ha hecho
las pregunta, ¿Quién soy? ¿A dónde voy? ¿Qué hago aquí? Tratando de encontrar respuestas.
Quizás para encontrar algún significado
superior a su vida.
No creo que solo estemos aquí para
nacer, crecer, desarrollarnos, reproducirnos, trabajar como locos y morir. En esa
carrera, inclusive muchas veces, ni siquiera nos preguntamos ¿Para qué?
Vivimos en una inmensa ilusión o
Maya, que nos aleja de la paz. Lo alimentamos con lo que sucede alrededor. Nutrimos
al ego, buscando algún sentido o propósito de vida. ¿Tiene la vida algún propósito?
O más bien, es una suma continua de
interacciones que conducen a más interacciones. ¿De qué vale todo ese drama que
nos contamos?
Osho decía que el adulto es como un
niño. Se la pasa jugando todo el tiempo, distraído en sus propios juegos, viviendo
febrilmente su ilusión. Gran parte de su
vida la dedica a aprender a jugar, para ser el mejor abogado, ingeniero, carpintero,
cocinero, educador, medico, psicólogo, científico, gerente, ministro, etc. El problema del adulto, según Osho, es que
mientras los niños saben que el juego se termina en algún momento y luego se
van a descansar, el hombre no deja de jugar, porque eso lo identifica, lo hace
sentir importante, a tener éxito, etc. ¿De que vale ese jugar sin sentido?
Por otro lado, Sesha nos pregunta: “¿Será
que el hombre nunca se cansa de pensar?”
Y la pregunta es. ¿Pensar en qué? Nos pasamos la vida llenos de
pensamientos desalentadores que nos impiden ser felices. ¿Vale la pena?
Algunas ideas para soltar el drama:
Lo más importante es vivir en paz y
ser feliz. Ambas son decisiones muy personales, y eres tú quien tomas esas
medidas. Algunas ideas que pueden ayudar
a soltar el drama:
1. Aprende a respirar. Cuando respiras de forma consciente te enfocas en el aquí y el ahora. Estas en ese momento especial sintiendo la inhalación y la exhalación. No permitas que la mente te distraiga.
2. Enfócate en el aquí y el ahora. Vive en el presente. En el presente todo está bien. Mantente allí.
3. Conviértete en el protagonista de tu vida. La victima es aquella persona que no asume responsabilidades, y siempre está a merced de los demás. No puede controlar lo que sucede, no se hace cargo.
4. Asume la responsabilidad de tus actos. Tu eres el único responsable, tanto por lo que estás viviendo como por lo que puedes vivir; así como hoy estas en una situación que no te gusta, asumiendo tu compromiso puedes cambiar ese estado ¿qué esperas?
5. Buda decía: “El dolor es necesario. El sufrimiento es opcional.” Podemos usar esta frase para reflexionar que somos quienes creamos el sufrimiento en nuestra vida, cuando no hacemos nada por resolverlo. Tenemos el poder de cambiar, si y solo si hacemos el esfuerzo.
6. Usa tu voluntad para alcanzar tus metas. Si cada día tenemos una razón para vivir, para crecer, para cambiar, nuestra vida tendrá un propósito. Usa ese propósito para servir al otro y llenarte de humanidad.
7. Agradece por la vida. cada día es una aventura. Es una oportunidad para crecer. Es un regalo. No lo desperdicies sumido en la pena, el sufrimiento y la lamentación. Ten la fuerza necesaria para salir, y si sientes que no puedes, busca ayuda.
8. Acércate a otros que te ayuden a crecer. Siempre estarán allí para ayudarte, apoyarte y darte ánimos para progresar.
9. Cultiva tu cuerpo, tu templo sagrado. Cuida de él. Te acompañará siempre. Muévete, haz ejercicios, busca actividades que te permitan llevar sol y respirar aire fresco. Si puedes estar cerca de la naturaleza, será una bendición. La naturaleza es vida.
10. Sonríe. Vive la vida con una gran sonrisa. No hay nada tan poderoso y contagioso como una sonrisa. Sonríe y serás feliz.
11. Medita. Acostúmbrate a meditar, a contemplar y darte cuenta de tus pensamientos y de lo que quieren hacer. Es básico para mantenerte conectado a tu vida. Cuando meditas, el drama se retira ante la fuerza del espíritu.
12. Usa afirmaciones que te empoderen y te muevan de ese lugar sin posibilidades a un espacio de crecimiento personal. Ayúdate cultivando pensamientos poderosos que puedes identificar en tu meditación, dejando que la vida te muestre el camino.
Una de las cosas que me ayuda a
superar mis propios dramas es caminar temprano y saludar a todo el que me
encuentre en la ruta. Me parece
divertido, sobre todo cuando los sorprendes con unos “buenos días”. Es agradable la cara que ponen cuando no se
lo esperan.
Y tú, ¿Qué haces para salir de tu drama?
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